"Y en realidad no me desagradan las mujeres, tan solo desconfío de ellas: el guiño en los ojos y el arsénico en la sopa" (La vida privada de Sherlock Holmes, Billy Wilder)
sábado, septiembre 16, 2006
"Hasta luego, y gracias por el pescado" - Redención
"Sí, definitivamente y después de tomarle el pulso un poco al blog he tomado la dolorosa decisión... bueno, la decisión a secas, no es como que te extirpen el higado en vivo ("El Sentido de la Vida", Monthy Python). En fin que dada la poca afluencia de público y la falta total de comentarios me tomo unas vacaciones permanentes del posteo y me despido de todos vosotros. Como no se me ocurría nada más original... pues he usado el título de una novela de Douglas Adams.
¡Hasta la vista!"
miércoles, septiembre 06, 2006
Mr. Chamán y el aura infeliz
Vine a caer en una de esas cadenas tan monas, locales las llaman, que lo mismo te ponen los encierros de Cercedilla del Moño que una película porno (no quiero quejas, que luego vendrá el gracioso de siempre a decir que la cultura es subjetiva), en fin… que a esas horas o te encuentras a émulos de Nacho Vidal en plena coyunda pragmático festiva o bien, como ha sido el caso, a una copia exacta de Rappel pero en baratillo. Es decir, si Rappel viste en dorado pues éste pura purpurina. Se presentaba como un chamán auténtico, no se si adjunto o general, pero chamán al fin y al cabo y tampoco es cuestión de dudar. Eso sí, advierto, el señor parecía mas bien un director de caja de ahorros retirado, que en sus tiempos libres te mira el aura por matar el tiempo. En definitiva, transcribo parte del monólogo que pude cazar, más o menos:
“Y yo os aviso, que hay estafadores por ahí, sí, sí, que dicen que saben de esto y nada, engañan a las buenas gentes. Mirad, yo soy lo que soy, como otro cualquiera, pero os ofrezco algo: si uno de estos estafadores intenta algo, me llamáis y yo os digo si esta bien o intentan pillaros. Claro, porque yo soy legal, que pago mis impuestos ¿eh?”.
En fin, que uno se encuentra ante tal ejercicio de nobleza chamanesca, de confesión astral, que al final tienes que aplaudirle al hombre aunque sea por confesa que paga sus impuestos como cualquier hijo de vecino. Al poco llamó una señora, que quería saber que tal andaba su aura, fíjate, porque uno, yo mismo, va descuidando esa cosa del aura (somos como bombillas, dice el sabio, y el día menos pensado me fundo) y al final pasa lo que pasa. Luego pasó a la señora al privado, pero yo vine a entender que su aura andaba bien jodida por culpa de alguien. Es lo malo de estas cosas de los astros y sus zarandajas, que en cualquier comunidad de vecinos hay alguien que con un par de velas y un manojo de esparto te funde el aura y te deja a oscuras.
¡Que Shiva nos proteja!