martes, diciembre 27, 2005

viernes, diciembre 23, 2005

Los tres ayes de Rufus en Nochebuena



Ay, ay, ay... ya esta aquí la Nochebuena. Ya están aquí las 3 horas largas preparando la dichosa cena, elaborando el rico hojaldre relleno o la ensalada especial... para que luego triunfe el cóctel de marisco: palitos de cangrejo + salsa rosa de bote. ¡¡Por todos los dioses juntos y en fila india: un poco de respeto al jefe de cocina!!

Ay, ay, ay... poner los villancicos de fondo, ese coro de niños cantando con voces angelicales esas melodías que, año tras año, son las mismas. ¿Qué sucede? ¿La musa de los villancicos murió, se mudo, rehizo su vida con un ingeniero de caminos y ahora se dedica a jugar a las cartas con su circulo social? Y para colmo este año la Pantoja en nuestros televisores remedando a Raphael: ¡¡que no salga Julián Muñoz, que no salga por San Cucufato!!

Ay, ay, ay... y finalmente, ¿qué sacas de la Nochebuena? Pues el estomago lleno, los bolsillos vacíos, la espalda destrozada y sin duda alguna el convencimiento cierto y pleno de que al día siguiente todo cuanto hayas ingerido ira a parar a lugares de tu cuerpo tan inconvenientes como evidentes.

¡¡¡Viva la grasa!!! ¡¡¡Viva el colesterol!!! Y como diría Frasier, comeos todos los polvorones menos uno: hay que dejar algo de torrente sanguíneo para que lleve el coágulo al cerebro.

¡¡FELIZ NAVIDAD!!

lunes, diciembre 19, 2005

¡¡Murcia, capital de Europa!!


¡¡No puede ser!!¡¡Es inaudito!! Leo con frenético estupor que Galicia pretende anexionarse terrenos limítrofes con el suyo, en un intento de expansión territorial sin precedentes (bueno, sí, todos recordamos la forma tan cuca en la que Hitler se pasó por el forro sus promesas al Sr. Chamberlain e invadió Polonia: ¡Es la guerra, es la guerra!). Y sin embargo lo que me indigna no es esta salida de tono de los gallegos sino... ¿por qué no nosotros? Estamos perdiendo el tren de la modernidad. Somos una comunidad autónoma modosita y cumplidora, aquí quietecitos no vayamos a salir borrosos en el meteosat. Por todos los dioses habidos y por haber: ¿qué nos pasa murcianos? No podemos quedarnos quietos mientras los demás se reparten el pastel.

Pero vayamos un paso más allá: nada de estatutos ni debates, vayamos directos al grano y sin circunloquios. Murcia capital de Europa, que para eso les vendemos la fruta. Y si nuestras reivindicaciones de anexión territorial de cuanto terruño se nos ponga por delante no se ven satisfechas... ¡¡boicot a Europa!! Nada de venderles fruta, que se jodan esos ingleses pajizos y a tocarse las castañas: ya se acordaran de nosotros cuando se vean asaltados por la epidemia de escorbuto a falta de vitamina C. Esta va a ser la repanocha... o el repanocho, mejor dicho. ¡¡Alzaos hijos del tomate y el albaricoque!! Tomad serruchos y azadas y lancémonos en pos de la capital del reino... digo capital, ex – capital del reino. Porque si ellos son los mas chulos, nosotros somos los mas... campestres. Pero así, dicho con orgullo: somos del campo y “sus” vamos a hacer tragar cada gramo de tierra seca que os negáis a regar.

¡Ah, amigos míos! Gran día ese en el que dejemos de ser esa comunidad muda, amordazada por sus propios habitantes. Que vergüenza: después de tantos años, y seguimos siendo ese lugar discretito donde los alemanes vienen a tomar el sol y nada importa siempre que se pueda dar salida a nuestros tomates.

miércoles, diciembre 14, 2005

“ELOGIO DE LA FEALDAD, A CARGO DEL PROF. F. STRUDERTEN II”



"Señoras, señores, alimañas y parásitos varios: me encuentro hoy aquí, ante la insigne Asamblea General de la Asociación para el Fomento de la Fealdad, sin más propósito en la vida que dictar una conferencia sobre la fealdad en sus diversas manifestaciones (murmullos de aprobación) y el fomento de medidas que acaben de una vez por todas con esa lacra absurda y depravada que es la de la belleza. ¡Ah, amigos míos! Incluso el más inocente paseo por el parque se convierte en una visita al museo de los horrores, puedo asegurarlo sin temor a equívoco: pequeñuelos de dorados tirabuzones, muchachas de arreboladas mejillas y hombres de apuesta planta que compiten por llamar la atención en un mundo que, de forma equivocada, ha entregado el cetro de la dicha social a esos que hemos dado en llamar... los “guapos” (pitos y abucheos).

Amigos míos, los guapos son una lacra social, y me explicaré extendidamente. Pongamos por caso al recientemente malogrado secretario de marina de Su Majestad. Todos recordarán el caso, un joven de familia honorable, que tenia en sus manos asuntos de máximo interés para nuestra nación. Pero su belleza... ¡ah, esa belleza maldita! Lo hacia tan irresistible a cuantas mujeres se cruzaban en su camino que al final se vio envuelto en una red que prefiero no mencionar, no tanto por la ira como por la envidia (risillas sarcásticas, amago de aplauso). Los guapos desestabilizan a una sociedad, la enfangan en el inmovilismo. La contemplación de la belleza nos aliena y reduce a una masa homogénea de seres estupidizados ante una cara bonita o un cuerpo sensual... de curvas generosas, piel sedosa, pech... (pequeña pausa).

(...)

¿Cuál ha de ser entonces la solución? No podemos vernos abocados al desorden y la desesperación, no podemos resignarnos a perder a la Humanidad como causa. Por tanto, aparte las medidas antes mencionadas de marcaje y control de los guapos (otro capítulo aparte seria el de la castración selectiva) me creo en el deber de solicitar... no, mejor: ¡exigir! Exigir que cada puesto de relevancia, así como el futuro crecimiento demográfico de la Humanidad, se ponga en manos única y exclusivamente de los feos."

Estimado prof. Struderten:

No haré mención a su impronunciable apellido, dado que me tengo por ser persona de bien, de mal, de pse... en fin persona, y no voy insultando por ahí a alemanes con perilla de dudoso nivel intelectual. Ya tuve suficiente con la diatriba que tuve acerca de una teoría de Freud y el disgusto que sufrí cuando descubrí que me había quedado sin discusión por incomparecencia de mi contrincante (los muertos no suelen acudir a las citas, segunda enmienda, y espero que así siga siendo por mucho tiempo). Mejor seria, profesor, que dedicara su tiempo a actividades tan productivas como el cultivo de la calabaza o la pesca de altura en aguas bálticas. Hágase un buen bocata de mortadela, siéntese en el porche y péguele un escopetazo a sus vacas si le divierte (ningún animal ha sido dañado en la elaboración de esta carta, menos aun las vacas, benditas mías). En fin, y no me alargo mas: ¡deje en paz a los guapos! Al fin y al cabo, si no existieran: ¿con quien demonios me iba a meter yo cuando voy al cine?

Atentamente,

Rufus T. Firefly (indignado hasta la ofuscación)

jueves, diciembre 08, 2005

"Teletiendafóbico: O cómo aprendí a tener miedo de la tele"


Lo confieso, mea culpa, anoche estuve viendo la Teletienda. Antiguamente todo eran anuncios mal doblados, protagonizados por viejas glorias de la televisión norteamericana o estrellas del mundo de los deportes (en plena caída libre). Como todo el mundo sabe un artista estadounidense que se precie no hace publicidad en su país, prefiere sitios como España (Demi Moore no se había retirado, quien lo iba a decir) o el lejano Oriente (que nadie vuelva a mirarme como si fuera un homicida cuando diga que no he visto “Lost in translation”). En fin, que eran Teletiendas entretenidas y dentro de ciertos limites. Mi favorita siempre era la sartén wok con fondo termodifusor, aunque no es momento de hacer publicidad (a menos que consiga una buena comisión, entonces reventaré este blog a folletos on line).

En fin que mi trauma viene por culpa de un chavalín (aunque como diría Matias, esta ya bastante talludito, talludito), que responde al nombre, falso seguramente, de Javier Sánchez. Presentan cualquier artefacto electrónico de ultima generación, y claro, la presentadora no puede explicar bien todas las prestaciones que tiene (perpetuando ese mito absurdo de que las mujeres y la informática son como el aceite y el agua). Asi que da entrada, atención, a “Javier Sánchez: experto en nuevas tecnologías”. Cuando te ves al crío anunciando igual un portátil que un televisor LCD empiezas a pensar que ese subtitulado, “Experto en lo que sea” es como el de los colaboradores del programa de Eva Hache (al fin y al cabo este muchacho también es una parodia del típico informático de perillita de juguete, mirada libidinosa y faldones remetidos por el pantalón hasta las mismísimas rodillas). En fin, que no me alargo más, solo decir que sufro mucho desde que este elemento asola nuestras televisiones con frases como: “Y como veréis tiene una línea muy moderna y tecnológica”. ¿Qué se supone que es un diseño tecnológico? Es decir, incluso un televisor en blanco y negro (que atesoro en algún lugar que no consigo ubicar, con lo cual es como tener un tío en “Graná”) es tecnológico, porque pertenece al mundo de la tecnología.

Reflexión final (sentado en el borde de la mesa, en plan Carrascal... ¿alguien se acuerda de Carrascal?). Sinceramente no termino de comprender el motivo de darle cabida a esta clase de personajes. Imaginad a un padre de familia, haciendo zapping un viernes noche mientras se pregunta en qué cadena solía ver aquellas películas tan didácticas como entretenidas, y de repente se encuentra ante Javier Sánchez. Si un día su hijo le dice: “Papi, papi, quiero ser informático” ese padre, de forma automática le soltara un bofetón al pobre niño. Si queremos eliminar la violencia de la televisión comencemos por la Teletienda.

PD: Esta postdata la escribo después de recuperarme de un susto tremendo. “Localia TV” tienes una especie de programa sobre nuevas tecnologías... ¿Adivináis que famosísimo experto en esta materia han contratado? Sí, podéis comprobarlo en la foto: él en persona, Javier Sánchez. Hacedme caso: ¡¡comprad un buen insecticida y atrancad puertas y ventanas!!