viernes, diciembre 23, 2005

Los tres ayes de Rufus en Nochebuena



Ay, ay, ay... ya esta aquí la Nochebuena. Ya están aquí las 3 horas largas preparando la dichosa cena, elaborando el rico hojaldre relleno o la ensalada especial... para que luego triunfe el cóctel de marisco: palitos de cangrejo + salsa rosa de bote. ¡¡Por todos los dioses juntos y en fila india: un poco de respeto al jefe de cocina!!

Ay, ay, ay... poner los villancicos de fondo, ese coro de niños cantando con voces angelicales esas melodías que, año tras año, son las mismas. ¿Qué sucede? ¿La musa de los villancicos murió, se mudo, rehizo su vida con un ingeniero de caminos y ahora se dedica a jugar a las cartas con su circulo social? Y para colmo este año la Pantoja en nuestros televisores remedando a Raphael: ¡¡que no salga Julián Muñoz, que no salga por San Cucufato!!

Ay, ay, ay... y finalmente, ¿qué sacas de la Nochebuena? Pues el estomago lleno, los bolsillos vacíos, la espalda destrozada y sin duda alguna el convencimiento cierto y pleno de que al día siguiente todo cuanto hayas ingerido ira a parar a lugares de tu cuerpo tan inconvenientes como evidentes.

¡¡¡Viva la grasa!!! ¡¡¡Viva el colesterol!!! Y como diría Frasier, comeos todos los polvorones menos uno: hay que dejar algo de torrente sanguíneo para que lleve el coágulo al cerebro.

¡¡FELIZ NAVIDAD!!

1 comentario:

Miss Kubelik dijo...

:D Igualmente Sr. Firefly, igualmente...

Pd. Un consejillo, no se estrese tanto... ^_^